El mito de la libertad financiera
Mucho se habla en la actualidad de emprender y lo bueno que es trabajar en algo propio. Es común encontrar publicaciones, artículos y videos en las redes sociales relacionados al emprendimiento, así como a conferencistas reconocidos hablando sobre las bondades de tener tu propia empresa y lo desastroso que es para tu vida optar por un “trabajo seguro”. Y entre conferencia en conferencia aparece algún coach diciéndonos que la única forma de alcanzar la libertad financiera es por medio del emprendimiento. ¿Será así?
Primero lo primero, definamos libertad financiera. Muchos son los conceptos aceptados y casi todos comparten la siguiente definición:
Libertad financiera es la capacidad de recibir ingresos, provenientes de tus posesiones, que te permitan mantener tu estilo de vida sin la obligación de administrarlos activamente.
Es decir, tener dinero para vivir sin necesidad de trabajar. La pregunta clave es ¿cuánto dinero será suficiente? La respuesta es: lo necesario para mantener tu estilo de vida. Entonces, la libertad financiera no es igual para todo el mundo. Existen personas que pueden vivir bien recibiendo x dólares al mes y existen quienes necesitan 5x de dinero al mes. Entendamos que ser libre financieramente no demanda que tengamos diez millones de dólares en el banco para gastar en cuánto placer se nos antoje.
Si tu estilo de vida incluye viajar de forma constante o adquirir lujosos vehículos, o al contrario, si tu estilo de vida se relaciona con la tranquilidad y disfrutar tiempos de familia, entonces tus ingresos deben satisfacer esas necesidades. Aquí el primer error de muchos: creer que para todos libertad se relaciona con subir lindas fotos al Instagram en distintos lugares del mundo cada semana, o presumir en las redes el nuevo deportivo que tenemos en el garaje.
La siguiente pregunta clave: ¿cómo hago para generar el dinero suficiente sin necesidad de trabajar? Emprender tu propio negocio es la única opción según la mayoría de coaches. Ellos nos dicen que el único camino es hacer realidad tu idea de negocio y persistir hasta convertirla en una empresa o corporación autónoma, con lineamientos claros y que pueda mantener sus ventas y flujos de efectivo sin necesidad de tu supervisión. Al puro estilo de Bill Gates o Marck Zuckerberg. La verdad es que al tener un negocio, tus probabilidades de alcanzar la libertad financiera se incrementan. Pero hay otra verdad, no todas las ideas de negocio se vuelven empresas autónomas. Todos los ricos son dueños de negocios, pero no todos los dueños de negocios son ricos.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando emprender no es mi vocación? Según la creencia actual, no hay libertad financiera para quienes no emprenden su propio negocio. Que desolador panorama, incluso para aquellos quienes aman su profesión. Imaginen a un gerente de marketing, enamorado de lo que hace para las marcas de la empresa donde trabaja, pero que nunca emprendió su propia empresa. Según la mayoría de expositores de prosperidad, sólo le espera la pobreza después de trabajar muchos años de su vida. Queridos lectores, les tengo una verdad reveladora, también existe la libertad financiera para quienes deciden no emprender un negocio propio.
Al igual que el emprendedor, tendrás que ahorrar suficiente dinero para iniciar el camino. Similar como lo hace una empresa, necesitarás una estructura de inversión en el tiempo. No contratarás empleados, pero si requerirás la ayuda de asesores o especialistas que te guíen en la creación de un portafolio de inversión. Tendrás que estar atento a oportunidades y educarte en el área o las áreas en que has decidido invertir. A diferencia del emprendedor, tú cuentas con ingresos fijos y constantes con los cuales puedes planificar con mayor claridad tus porcentajes de ahorro y tu calendario de inversiones. A continuación encontrarás algunas de las opciones más usadas.
Bienes inmuebles
Suelen ser el principal activo donde se refugian las personas o familias con dinero excedente. Comprar propiedades a buen precio, acondicionarlas y venderlas con sobreprecio, o adecuarlas para vivienda o locales comerciales, rentarlas y tener un flujo de caja constante.
Aprovechar también la compra de tierras en sectores alejados esperando que con los años su precio aumente o que algún proyecto urbanístico o gubernamental en el sector pueda elevar la plusvalía inesperadamente. Estas prácticas son habituales y se ha establecido en la conciencia popular como la mejor forma de invertir tu dinero.
Mercado de valores
En la cultura sudamericana el mercado de valores es una alternativa poco usada, mucho menos en países como Ecuador donde sus bolsas de valores mueven poco capital y la información es muy escasa. Sin embargo, existen países con mercados de valores tan desarrollados que nos permiten invertir en negocios sin necesidad de ser parte de su dirección.
La bolsa de valores de Nueva York es en la actualidad el mercado más desarrollado a nivel mundial, donde podemos invertir en empresas como The Coca Cola Company, Netflix, Amazon, Facebook o Disney y beneficiarnos de sus utilidades y rendimientos. Si hubieses invertido 10.000 dólares en Netflix en mayo del 2002, hoy tendrías 3’171.120,69.
Inversionista ángel
Cuando tienes reservas de liquidez y lo haces saber, vas a recibir propuestas de amigos o familiares quienes necesitan dinero para desarrollar alguna idea de negocio. En algún momento llegará alguien con una idea tan buena que te sentirás tentado a contribuir con capital para que ese negocio vea la luz.
Será importante que tu conocido haya desarrollado su plan de negocio lo más detallado posible para que lo puedas revisar y de ser necesario te asesores con algún consultor financiero, de esa manera podrás tomar una decisión con alto potencial de éxito. No estarás a cargo del negocio pero serás partícipe de los resultados de la operación.
Bienes productivos
“Hermano, voy a comprar un vehículo y lo voy a poner a trabajar en la cooperativa de taxis de un amigo.” En algún momento hemos escuchado un comentario similar, sobretodo en la actualidad, donde aplicaciones como Cabify y Uber han revolucionado el servicio de transporte. Comprar maquinaria pesada y ponerla a disposición de empresas constructoras o industriales son otra alternativa.
No necesitas formar una empresa, necesitas encontrar alguna necesidad de alguna herramienta en algún sector, adquirirla y ponerla a disposición del mercado siendo otro quien corra con los riesgos empresariales y la administración del negocio. Acondicionar un espacio en tu casa y registrarlo en Airbnb es una opción válida para convertir tu casa (un pasivo) en un activo productivo.
Un inversionista pasivo, es decir, aquel que no ha desarrollado una empresa propia pero invierte en otras cosas, tendrá menor riesgo y podrá distribuir su dinero en varias opciones de inversión, a diferencia del emprendedor que se concentrará en una sola cosa por muchos años.
Entonces, con tantas posibilidades, ¿porqué no es común ver personas que vivan en libertad financiera? Porque se necesita un alto nivel de disciplina, constancia, tolerancia al riesgo y estudio constante para identificar oportunidades. Aún nos cuesta entender que no se ahorra el dinero que sobra.
Entonces, con tantas posibilidades, ¿porqué no es común ver personas que vivan en libertad financiera? Porque se necesita un alto nivel de disciplina, constancia, tolerancia al riesgo y estudio constante para identificar oportunidades. Aún nos cuesta entender que no se ahorra el dinero que sobra.
Al final, no es más listo el dueño de un negocio que el que trabaja toda su vida en relación de dependencia. Es más listo el que se niega a vivir de las apariencias y sabe hacer buen uso de su dinero para multiplicarlo.
Redactado por
Cristóbal Matute
Director de Consultoría
Las opciones de inversión mencionadas son de carácter informativo y bajo ningún concepto deben ser tomadas como recomendaciones exactas.
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